El nivel crítico de la deuda
En el plano económico de la nación dominicana sigue en tapete el tema recurrente de la deuda pública dada la gran preocupación que está causando entre economistas, financistas, agentes económicos y público en general, situación que encuentra su base en que otros países casi han comprometido hasta su soberanía con tan pesado lastre.
Del litoral gubernamental y de los afectos al gobierno que hoy administra el Estado Dominicano se tiende a minimizar como que no es un tópico que debe preocupar a los dominicanos ya que según ellos el nivel de deuda es bastante manejable y sostenible en el corto plazo.
Lo interesante es que mientras muchos de los que hoy son funcionarios ayer se encontraban en la oposición y veían la situación de la deuda muy alarmante pero su percepción ha cambiado desde que se insertaron en el sector público.
Caramba como se cambia de opinión desde que se pasa a disfrutar del confort que producen las canonjías, comodidades y paquetes de beneficios que brinda estar en el poder.
De los principales funcionarios del área financiera y económica del gobierno que rige los destinos de la nación se oye hasta decir que es preocupante pero que todavía no es critica la situación de la deuda pública.
El mercado financiero internacional aún financia al país ya que las autoridades dominicanas están dispuestas a sacrificar a los dominicanos con tal de honrar el servicio de la deuda sin importar el destino de la nación con tal de seguir en el poder en defensa de sus intereses particulares a como dé lugar y sin que le importe un bledo el estómago de las personas más vulnerables.
Lo triste de todo ello es que un alto endeudamiento por encima de los indicadores internacionales de un 30% del Producto Interno Bruto (PIB) es una situación alarmante para las finanzas de un país.
Se dice que el gobierno hace lo indecible para disminuir la deuda pero los hechos indican todo lo contrario ya que cada día se contratan nuevas deudas que aunque se honran sus pagos los mismos no se hacen con el rendimiento de las mismas sino que con una deuda se paga la próxima y así sucesivamente.
No es cierto que el presidente esté empeñado en disminuir dicho nivel de endeudamiento pues si así fuese controlaría mejor los gastos, sin afectar los destinados a mejorar la vida de los dominicanos: gastos parasitarios, duplicidades de funciones e instituciones inorgánicas y nóminas parasitarias y la corrupción administrativa.
Se supone que si el endeudamiento es fruto de los déficits ya son doce años con faltantes de recursos suficientes para financiar los presupuestos que han formulados y ejecutados las administraciones de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Muchos técnicos del área económica y financiera de esos gobiernos han tenido la mejor intención desde el punto de vista técnico de administrar de manera frugal las finanzas públicas pero sus jefes políticos tienen otra agenda.
El problema no solo son los esfuerzos que se realizan para incrementar las recaudaciones sino se controlan los gastos ya que los recursos siempre son escasos ante las necesidades insatisfechas.
Decir que muchas veces se contratan préstamos y no se aplican por lo tanto no representan deuda es desconocer que en todo compromiso deudor a nivel de los organismos y bancos internacionales existe lo que se conoce como comisión de compromiso y otros cargos que se generan por la falta de desembolsos acareándole al país pagos por un préstamo no ejecutado.
En un trimestre se puede disminuir el déficit pero en el otro vuelve a subir ya que hay gastos cíclicos tal el caso de las fechas de vencimientos conjuntos de los préstamos y emisiones de deuda (bonos) que tienen que honrarse y meses como los últimos del año en los que los gastos aumentan debido a los compromisos propios de dicha estaciones.
Hay compromisos de deuda que han sido contratados con un costo de capital fijo en el tiempo pero la mayoría de esos compromisos se han contratado con instituciones privadas y bilaterales que aumentan sus intereses en función del comportamiento del mercado,
Un caso que ilustraría esta situación es el aumento de los intereses de parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos que ha llevado la tasa de interés a 1.25% ante expectativas inflacionarias, lo que da lugar a preferir endeudarse en peso y no en dólares.
Por más que se teorice en el sentido de buscar fórmulas mágicas para disminuir los déficits fiscales y con ellos los préstamos que estos financian, hasta que las autoridades y su partido no abandonen su ambición por mantenerse en el poder mediante el uso de los fondos públicos para hacer proselitismo político y para embolsillarselos de nada valdrá el que se invoque la literatura económica y financiera para controlar los gastos e incrementar los ingresos.
No es un secreto ya, que el nivel de deuda pública de la nación dominicana no solo es preocupante sino también de cuidados intensivos por haber llegado a un punto crítico. Es cuestión de voluntad política, criterio de responsabilidad y frugalidad el administrar los recursos del Estado con criterios financieros efectivo y eficiente.