León Blum: un socialdemócrata firme frente al autoritarismo

León Blum: un socialdemócrata firme frente al autoritarismo

Por: Isidro Toro Pampols

León Blum (1872-1950) nace en el seno de una familia judía clase media. Desde joven fue influido por las tesis humanistas del también político socialista francés Jean Jaurès (1859-1914); sumado a los hechos acaecidos en torno al caso Dreyfus(*), lo que le decantó definitivamente hacia la corriente del socialismo democrático.

Jean Jaurès fue un humanista profundamente patriota, con fuerte sentido de solidaridad internacional. Se orientaba en la búsqueda de un colectivismo por la vía de la democracia parlamentaria, Isidro-Toroadelantando reformas orientadas a mejorar la condición obrera, encauzando el socialismo francés por vías legales y reformistas. Contribuyó a que los socialistas se sumaran a las reclamaciones de revisión del proceso Dreyfus (1898) y participaran en gobiernos reformistas de la Tercera República.

Blum fue un político de sólida formación literaria. Con tan sólo 17 años, funda una revista literaria con el escritor André Gide, este último ganador, muchos años después en 1947, del Premio Nobel de Literatura. Para la década final del siglo XIX, nuestro personaje es una figura renombrada en los ambientes literarios tanto franceses como europeos en general.

En 1904 funda con Jaurès el diario socialista  L’Humanité; época en que se compromete con la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO), antecesora del actual Partido Socialista francés.

Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, tiempo en que Blum tuvo participación en los gobiernos de unidad que se formaron para enfrentar la contienda bélica, se incorporó de lleno a la actividad partidista, haciendo frente a los comunistas quienes plantearon adherirse a la Tercera Internacional en el Congreso de Tours, en el año 1920. Tras la fractura, el socialismo francés bajo la dirección de León Blum se perfiló como una agrupación que sustentaba sus dictados políticos en el humanismo y la democracia. Era partidario de alcanzar el poder por el voto mayoritario expresado en las urnas.

En 1930 se hace presente en Francia, como en toda Europa, la Gran Depresión económica. Era el momento en que la llamada extrema derecha encontraba tierra fértil para sus ideales contrarios a la democracia reformista parlamentaria. Emergían grupos fascistas por toda Europa y el socialismo francés se veía en la necesidad de enfrentarlo por ser contrario al postulado humanista democrático. El año de 1935 se firma el tratado franco-soviético de asistencia mutua entre Francia y la Unión Soviética, que fue un largo proceso de negociación, el cual terminó tan sólo como una vana amenaza diplomática de guerra en dos frentes para la Alemania nazi. Estos acuerdos dieron pie a fortalecer, de un lado, un sector pacifista a ultranza y del otro, la conformación del Frente Popular, alianza que ganó las elecciones el 3 de mayo de 1936 y llevó a León Blum como presidente del gobierno.

El 20 de julio de 1936, el presidente francés recibe un telegrama de su homónimo español anunciándole que había estallado una sublevación militar y le pedía ayuda para enfrentar la contingencia. El fascismo amenazaba por la frontera sur de Francia. Blum manifiesta su decisión de apoyar con material militar a la República española, pero tras un viaje a Londres, su principal aliado, se tuerce su intención. Poderosos sectores de la derecha de la sociedad francesa arman un gran escándalo que contribuye a intimidar a los miembros del Gabinete ministerial, quienes temían una confrontación con Alemania e Italia, porque tanto Hitler como Mussolini habían manifestado su decisión de prestar apoyo a los militares sublevados en España. Del Consejo de Ministros del 25 de julio de 1936 sale la prohibición de exportar armas al Gobierno republicano español, violentando acuerdos previos antes del estallido del conflicto.

Ante la creciente presión de los sectores de derecha y la manifiesta debilidad de las izquierdas, escindida entre pacifistas y partidarios de apoyar a España, a Blum se le ocurre convocar a los demás países a convenirse en un pacto de no intervención en el conflicto español. Compromiso que asumen todos menos Alemania e Italia, que no solamente envían armas, sino tropas y especialistas como pilotos de aviones de combate. Esta dinámica, además de la política doméstica, fue desgastando al gobierno de León Blum, teniendo que renunciar en junio de 1937, tras enfrentarse a la mayoría del Senado y ser calificado por sus detractores como “el hombre más detestado de Francia”. (1)

Ahora bien, el gobierno de Léon Blum implementó reformas que beneficiaron a la clase obrera, tales como la semana laboral de 40 horas, las vacaciones pagadas y la negociación colectiva de las condiciones de trabajo. Su lucha contra la depresión económica no fue exitosa, presentándose nuevamente la recurrente realidad: los sindicatos franceses, la mayoría de profundas convicciones revolucionarias que veían en el obrerismo una vía para cambiar la sociedad, más que lograr reivindicaciones que garantizasen mejor calidad de vida, emprenden al conocer del triunfo y aún antes de formar gobierno, un movimiento de huelgas que se extienden por toda Francia, calculándose que alrededor de 9,000 fábricas fueron ocupadas por los trabajadores y se movilizaron unos dos millones de huelguistas.

Ante la depresión económica y las huelgas, el Gobierno emprende una política de nacionalizaciones en sectores vitales como la aeronáutica, la industria militar, ferrocarriles entre otras empresas estratégicas. Se interviene, sin nacionalizar, el sistema bancario y crean instituciones que buscan proteger la caída de los precios de los cereales y resguardar así a los agricultores gravemente afectados por la crisis.

Las respuestas gubernamentales no es bálsamo milagroso y no ofrecen sanación inmediata. La Gran Depresión hacía estragos, la huida de capitales era alarmante, las reservas en oro del Banco de Francia reducidas en grado sumo, colocando al país galo en una situación que lo lleva en 1937 a detener las reformas sociales, sumando a la corte de sus enemigos y adversarios a los pocos que hasta ahora le sostenían. En 1937 León Blum renuncia. La crisis continúa y es llamado nuevamente en 1938 a formar nuevo gobierno, para dimitir finalmente tres semanas después.

Tras el Acuerdo de Múnich, León Blum se aferra a su vieja postura antifascista, aboga por el rearme de Francia frente a la amenaza nazi, enfrentando a sectores que ya se perfilaban como colaboracionistas de Hitler y a los pacifistas que pululaban en el seno de su propio partido.

En 1940 cae Francia bajo la bota nazi. Fin de la experiencia democrática y de la Tercera República. León Blum fue detenido por el gobierno colaboracionista del mariscal Pétain. En 1942 se le somete a juicio solamente por su postura patriótica siendo entregado a los alemanes, que le internaron en los campos de concentración de Buchenwald y Dachau (1943-44).

En 1945 vuelve a Francia y se incorpora a su labor de columnista en el periódico Le Populaire. Fue jefe de la delegación francesa y presidente de la conferencia constitutiva de la Unesco. Negoció la cancelación de la deuda de Francia con los Estados Unidos y llega a presidir un gobierno socialista el cual duró tan sólo dos meses, entre diciembre de 1946 a enero de 1947.

Blum se caracterizó por ser un defensor de la causa sionista y a partir de 1945, en sus funciones políticas y gubernamentales, un activo artífice para el reconocimiento internacional de Israel.

León Blum fue siempre un líder socialdemócrata firme frente al autoritarismo. Uno de esos hombres que los aspirantes a dirigentes políticos deben estudiar y conocer lo mejor posible. Buscar diversas biografías porque en este género también se hace política y se tiende a tergiversar hechos y manipular fuentes. Blum fue un político que trascendió como un humanista convencido y que el vaivén de las circunstancias lo llevaron de un lado a otro, pero nunca perdió su decisión y dignidad de decir lo que pensaba y defender lo que apreciaba como bueno para Francia y los franceses.

(*) El caso Dreyfus tuvo como origen una sentencia judicial de neto corte antisemita, sobre un trasfondo de espionaje y antisemitismo, en el que la víctima fue el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935), masón en grado 32, de origen judío-alsaciano, y que, durante doce años, de 1894 a 1906, conmocionó a la sociedad francesa de la época, marcando un hito en la historia del antisemitismo.

1) http://guerracivildiadia.blogspot.com/2012/12/leon-blum-1872-1950.html

Isidro Toro Pampols.·. es MSc en Management, asesor en cooperativismo en el IDECOOP. Reside en Santo Domingo.

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