Inmigrante dominicano logra meta profesional superando orfandad y barrera cultural en EE. UU.
Por Miguel Cruz Tejada, elnuevodiario.com.do
NUEVA YORK._ EL joven dominicano, Jairo T Guerra, Superando el trauma de la orfandad materna, con trabajos pesados y nocturnos, sobreponerse a los obstáculos de una cultura ajena que no era la suya y aferrándose a la dedicación, logró llegar a la meta, desafiando y venciendo también los retos de las calificaciones y la excelencia académica, titulándose en las carreras de licenciado en Economía y Ciencias Políticas (Bachelor of Arts or B.A., double major: Economics and Political Science) en el prestigioso Lehman College de El Bronx, el jueves primero de junio, combinadas en una, herramientas que servirán de soporte a sus futuras aspiraciones.
El joven Guerra, de la cantera juvenil del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en Nueva York, después de la muerte su madre señora Altagracia Mejía en el anno 2001 y quien ha sido su inspiración tuvo que irse a vivir solo, franqueando los escollos del llamado “American Stablishment Sistem” (Sistema Americano Establecido), se convenció desde la adolescencia que, sin educación, no se conquista la misma valoración en la sociedad actual.
Pero no satisfecho con sus dos carreras, asegura que va por más.
Y buscará graduarse como abogado en una escuela de leyes de una de las universidades que escoja, luego de los exámenes y evaluaciones a las que sea sometido por las instituciones de educación superior, a las que aplique como futuro estudiante.
Se espera, que, por sus habilidades y destrezas, sea aceptado por una de las más prestigiosas. Dice que ese será sólo un primer paso que lo llevará a conquistar su sueño de toda la vida, que es el de graduarse en leyes.
Escogió economía y ciencias políticas, porque entiende que son dos espejos en el que se puede reflejar mejor el comportamiento de los seres humanos en la sociedad y en torno de estos.
Ahora es un economista y politólogo en disposición y capacidad de aportar lo mejor de sí.
Guerra, explica que con esas carreras, tiene la oportunidad de entrar y aportar en un amplio y versátil mercado laboral que va desde el gobierno al sector privado y la docencia académica.
“Ambas carreras son muy amplias y diversificadas, las aspiraciones políticas futuras no se descartan y tampoco aspirar a puestos públicos, porque son una herramienta de gran valor y empuje para lograrlo”, sostiene.
Su principal inspiración fue su mamá, dice con un dejo de nostalgia, recordando a una progenitora que le ha hecho falta cada día de su vida.
Su lucha, entre el duro camino y llegar al diploma, la define como “muy dura y difícil”. Añade que en la vida, uno quiere hacer las cosas como quiere, pero “Dios y las circunstancias, le ponen a uno otras situaciones”.
Viviendo solo, tuvo que trabajar de madrugada, en tiendas y llegar a tiempo a las clases, lo que lo forzaba a comer en el camino mientras se transportaba en autobuses y trenes.
Con 29 años de edad, Jairo, superó un camino espinoso de seis años y en parte de ellos tuvo que costear por su propio peculio los estudios en Lehman College.
Emigró a Estados Unidos en 1999.
El resto, lo recorrió tomando préstamos que serán pagados cuando esté posicionado en uno de los empleos que le espera. “El próximo paso es tomar un año para organizar todo y agotar el proceso para entrar a la escuela de derecho en 2018”, dijo.
LA HISTORIA
Se matriculó en Lehman College en enero de 2011, transferido del TCI College of Technology, donde completó en agosto de 2010, un Grado Asociado (Associate in Applied Science) en Redes (Networking). “Aunque mi pasión, dedicación y vocación desde adolescente y casi niño ha sido la política, decidí combinarlo con otra disciplina tan importante y vital como la economía al entender que las dos son indispensables para poder entender por qué en el mundo que vivimos hoy, caracterizado por los cambios constantes, se mueve al ritmo que va, ya que estas dos disciplinas académicas son el mejor reflejo para observar los acontecimientos que impactan a la humanidad”, explica Jairo.
“Creo firmemente que el político tiene que saber de economía y el economista tiene que saber de política. Como ambas tienen amplias ramificaciones y son vastas en el sentido de lo que una persona que ostente una de las dos, puede trabajar en diferentes áreas, desde desempeñar una o varias posiciones en cualquier institución del estado o el sector público, hasta ir al sector privado, montaje de campañas políticas o dedicarse a la docencia escolar o universitaria”, agregó el nuevo profesional.
“Haber logrado este peldaño en mi vida significa muchas cosas a la vez. Primero, es la base fundamental, tanto académica como educativa e intelectual, para poder desarrollar otros proyectos en esta índole. La licenciatura, aparte de significar la primera fase académica y educativa universitaria, es la matriz desde donde se comienza la transición hacia otros proyectos académicos y personales en la vida. También, soy el primero, y hasta el único en mi familia, que posee un título en estas dos ramas importantes como la economía y las ciencias políticas”, relata Guerra.
Hablando sobre su familia dice que “tengo dos tías que residen en Nueva York y son graduadas en la República Dominicana, una es odontóloga y ejerce su profesión aquí y otra en sistemas, aunque no la ejerce. Otro tío es abogado y medico allá y ejerce ambas. Varios de mis primos son profesionales, mi única hermana es profesora de escuela pública allá y mi hermano mayor termina la de él a finales de este año”.
Dijo que “claro está, haber alcanzado la misma no fue un trayecto fácil de recorrer, como todo en la vida. Los obstáculos, retos y sacrificios fueron parte de las pruebas más difíciles que enfrenté. Mi madre falleció en el 2001 a la edad de 43 años de un cáncer en el colon y aunque no llegó ni siquiera a bachiller, fue una trabajadora incansable y abnegada. Yo tenía 13 años de edad. Mi padre, que, aunque fue bachiller, pero nunca asistió a la universidad, era un trabajador privado, laborando como diagramador en la mayoría de los periódicos de nuestro país de origen”.
Narra que cuando emigraron a Estados Unidos, con sus dos hermanos, “él y yo en 1999, comenzó a trabajar en una factoría (fabrica) de ventanas en New Jersey, donde sigue laborando hasta ahora. Al igual que mi madre, es un monumento al trabajo, quien nos sacó adelante junto con mi abuela materna, quien todavía sobrevive con 81 años de edad y algunos de mis tíos”.
Señala que ya está haciendo las gestiones y agotando el proceso debido para tomar el examen de admisión (LSAT) y seleccionar a la escuela de leyes donde se graduará de abogado.
“Uno de mis profesores de la universidad de donde me acabo de graduar, es mi mentor y consejero. Todo éxito en la vida es el producto y resultado del trabajo incansable, enfocado, concentrado y sostenido, lleno de obstáculos y, a veces, mil vicisitudes, las cuales uno tiene que afrontar. El que entienda que el mismo se consigue transitando la vía más fácil y rápida, que lo haga, pero le aseguro que volverá al mismo punto desde donde partió, a la nada”, aconseja el ahora licenciado Jairo T. Guerra.
Alabó las facilidades, el ambiente académico y el trato recibido en Lehman College, diciendo que está orgulloso de haberse graduado en esa entidad, que posibilita, y motiva a sus estudiantes a salir airosos como profesionales.
Recordó que una visita del entonces presidente Barack Obama a Lehman College, donde el mandatario compartió muy cerca con estudiantes latinos, le sirvió de gran motivación al igual que a todos sus compañeros de su generación de estudiante allí.
Tomado del Nuevo Diario.com.do.