Impacto de los “Espacios de Esperanza” en educación en la Primera Infancia

Santo Domingo.- Niños con togas y amplias sonrisas, niñas vestidas con trajes blancos que armonizan con sus caritas angelicales, varones con trajes formales, ellos, todos, agarrando orgullosos sus diplomas; y al frente, abuelos y padres, madres y emocionados, completan el panorama que se vivió en la última graduación de los Espacios de Esperanzas (EPEs), programa de los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) que buscan contribuir a que la educación infantil sea más sólida y que los niños tengan un impulso inicial que resultará fundamental en su educación futura de estos.

Jorge Luis Anazagasi, padre de Jorge A. Báez, uno de los pequeños que se graduaron en Tireo, Constanza, define de forma certera lo que han significado los Espacios de Esperanza para él y su hijo: “Además de ser un logro para la comunidad, este proyecto permitirá que mi hijo no llegue crudo a la escuela, irá con un paso adelante, no llegará sin aprendizaje”.

Que el niño no entre crudo a la escuela, explica la directora de EPES, Claudia Adames, significa que la estimulación temprana brinde al niño la oportunidad de interactuar con los demás, conocer reglas y conocimientos desde aprender los números, decir su nombre, identificar pictogramas y controlar los esfínteres”.

Adames, quien al hablar denota que conoce al dedillo el programa y como tal lo recita, afirma que los EPEs, creados en la pasada administración y desarrollados siempre en comunidades vulnerables, impactan alrededor de 1,700 niños y niñas anualmente. “Los niños que asisten tienen las primeras interacciones sociales, un acercamiento a la tecnología y desarrollan con éxito las habilidades pedagógicas, académicas y sociales que se esperan para su edad”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *