OPINION: En el humanismo de Duarte no cabe racismo

Elvys Ruiz. jpgPor Elvys Ruiz

 Ante el supuesto plan tendiente a remover la emblemática estatua del prócer Juan Pablo Duarte, situada en la Sexta Avenida y Canal Street en la ciudad de Nueva York, sobre el pretexto de que sus ideas separatistas de la nación dominicana ocupada por Haití tenían raíces racistas, no es más que una aberración. No hay otro dominicano de su época que haya tenido la dimensión de humanista que tuvo Duarte. Para muestra un botón: En una octavilla titulada “La Unidad de las Razas” se expone claramente su sentir con respecto a la composición racial del pueblo dominicano, el respeto hacia la diversidad etno-racial y la confraternidad entre los pueblos.

“Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos
que somos hermanos”.
Blancos=dominadores Morenos(negros-esclavos) Cobrizos (indígena-mestizo) Cruzados (mulatos)

Esta es una clara ilustración de que en el humanismo de Duarte no cabe el racismo.

Mas aún, Duarte es tan justo que exalta al pueblo haitiano por su gran coraje al lograr su emancipación de una potencia como Francia y le reclamó a los dominicanos no tener el valor para lograr su independencia cuando expresó: “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor”

Y en el año 1838 le dijo a José María Serra lo siguiente:

“Yo admiro al pueblo haitiano desde el momento en que, recorriendo las páginas de su historia, lo encuentro luchando desesperadamente contra poderes excesivamente superiores, y veo como los vence y como sale de la triste condición de esclavo para constituirse en nación libre e independiente. Le reconozco poseedor de dos virtudes eminentes, el amor a la libertad y el valor; pero los dominicanos, que en tantas ocasiones han vertido gloriosamente su sangre, ¿Lo habrán hecho para sellar la afrenta de que en sus sacrificios le otorguen sus dominadores la gracia de besarles la mano? ¡No más humillación! ¡No más vergüenza! Si los españoles tienen su monarquía española, y Francia la suya francesa; si hasta los haitianos han construido la República Haitiana, ¿Por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a España, ya a los mismos haitianos, sin pensar construirse como los demás? ¡No, mil veces! ¡No más dominación! ¡Viva la República Dominicana!”.

El Padre de la Patria creía firmemente en la nación dominicana, por eso en su proyecto de constitución en el art. 6 establece “Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la ley suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera”.

Aquí queda claro que Duarte no tenía ninguna aversión en contra de los haitianos, sino que anhelaba la libertad del pueblo dominicano de cualquier nación que la pisoteara.

En esta frase, una vez más Duarte enérgicamente expresa su rechazo a las ideas entreguistas y anexionista de la nación por bandos desleales al ideal patrio.

“Si me pronuncié dominicano independiente desde el 16 de julio de 1838, cuando los nombres de la Patria, Libertad, Honor Nacional se hallaban proscritos como palabras infames; si después del año 1844 me pronuncié contra el protectorado francés decidido por esos facciosos y la cesión a esta potencia de la península de Samaná, mereciendo por ello todos los males que sobre mí han llovido; si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi Patria a protestar con las armas en la mano contra la anexión a España, llevada a cabo a despecho del voto nacional por la superchería de ese bando… no es de esperarse que yo deje de protestar (y conmigo todo buen dominicano) cual protesto y protestaré siempre, no digo contra toda anexión de mi Patria a la de Estados Unidos, sino a cualquiera otra potencia de la tierra”.

Debemos recordar que Duarte y lo trinitarios se unieron a los haitianos en apoyo al movimiento político La Reforma, que buscaba derrocar al autoritario presidente haitiano Jean Pierre Boyer. Esta es una muestra más de las convicciones democráticas y de libertad de Duarte y los trinitarios con el pueblo haitiano.

El sacrificio de Duarte por ver su patria liberada no tiene parangón. Estando Duarte en Venezuela recibe una carta de Francisco Sánchez, donde le informa del estado en que están los trabajos de la causa libertadora, y le explica la necesidad de conseguir armas y municiones para la lucha que se avecina. Duarte le responde con la llamada “Carta del sacrificio”, donde le pide a sus familiares que vendan su casa natal para poder conseguir la libertad dominicana. El párrafo principal de su carta decía así: “El único medio que encuentro para reunirme con Uds. es independizar la Patria; para conseguirlo se necesitan recursos, recursos supremos, y cuyos recursos son, que Uds. de mancomún conmigo y nuestro hermano Vicente ofrendemos en aras de la Patria lo que a costa del amor y trabajo de nuestro padre hemos heredado. Independizada la Patria puedo hacerme cargo del almacén, y más, heredero del ilimitado crédito de nuestro padre, y de sus conocimientos en el ramo de marina, nuestros negocios mejorarán y no tendremos por qué arrepentirnos de habernos mostrado dignos hijos de la Patria”.

Debemos oponernos a que se le despoje a la comunidad dominicana de Nueva York de una estatua que personifica el espíritu de lucha de los dominicanos para abrirse paso en esta nación. Duarte es el fundador de la República Dominicana, el que más se sacrificó de todos nuestros excelsos próceres y es para los dominicanos símbolo de esperanza y los dominicanos, siempre estaremos dispuestos a defender su honra.

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