Riesgos y consecuencias del sexo en adolescentes

Por Virginia Padilla

A pesar de que cada vez es más común y aceptado el inicio de la vida sexual activa en la adolescencia, este sigue siendo un tema preocupante que los psicólogos, educadores y padres debemos abordar. Conocer las razones que están llevando a nuestros jóvenes a iniciarse de manera temprana en la sexualidad, así como las consecuencias negativas que se derivan de esta práctica.

Una de las causas sociales que lleva nuestros jóvenes a iniciar su vida sexual de manera prematura es la presión de grupo. Es común que cuando alguno de nuestros adolescentes se ha iniciado, ejerza una especie de insistencia sobre sus pares, para que hagan lo mismo, sumado a una especie de burla si este se niega o no manifiesta interés sobre el particular. Hasta hace un tiempo esta era una práctica propiamente del grupo de varones, pero que en la actualidad también alcanza a las jovencitas. Es como si para ellos fuera obligatorio iniciar la sexualidad a temprana edad.

Otras de las razones que llevan nuestros adolescentes a iniciarse en la vida sexual son las carencias afectivas, las cuales tiene su origen en el hogar. Frecuentemente los padres llevan una vida apresurada y de mucho trabajo para proveer a la familia de todo lo necesario en bienes y servicios, olvidando que lo más valioso es el amor, el cariño, cuidado y afecto que le pueden brindar a sus hijos. Muchos de nuestros adolescentes se lanzan a la vida sexual, buscando llenar algún vacío emocional, sin saber que esta carencia jamás será suplida en una relación sexual.

Las alteraciones emocionales del núcleo familiar y las familias disfuncionales, así como las situaciones difíciles de enfrentar como enfermedades catastróficas, o muerte de uno de los padres, son también algunas de las causas que pueden llevar a un menor a iniciarse en la vida sexual.

Otra de las grandes razones que puede desencadenar que un joven empiece anticipadamente la vida sexual es la falta de una correcta autoestima, la ausencia de una valoración y aceptación hacia su persona; así como un desconocimiento de sus virtudes y defectos. Cuando los adolescentes no poseen una sana autoestima y se siente insatisfechos consigo mismo, son más proclives a caer en el sexo prematuro. Por eso es tan importante que los padres observen el desarrollo de la autoestima de sus hijos y si descubren alguna debilidad deben trabajarla con el dialogo y la comunicación afectiva, que fomenten en ellos la autoaceptación y autovaloración.

Muchas veces los padres temen a hablar de sexo con sus hijos, alegando desconocimiento, o simplemente rehuyendo o postergando esta responsabilidad. Esto ocasiona que ellos busquen por otros métodos las respuestas a sus inquietudes, acudiendo a fuentes no calificadas como pornografía, conversaciones con sus iguales o con allegados que muchas veces no tienen las mejores intenciones. Es de vital importancia que los padres conversen con sus hijos sobre este tema, incluso hablarles de la importancia de postergar la vida sexual hasta tener plena conciencia y madurez emocional.

Existen varios factores sociales predominantes de esta época que también inducen a la sexualidad temprana y a la hipersexualidad de nuestros adolescentes, como la proliferación y normalización de bailes eróticos y/o vulgares, en niños y niñas. Así como también las canciones con alto contenido sexual explícito en sus letras, series, películas y otros materiales de entretenimiento con mensajes subliminales o directos sobre sexualidad.

Los riesgos y consecuencias de una iniciación inmadura y no responsable propia de la edad son:

  • Embarazos no deseados; por lo regular al no contar con la experiencia y la madurez requerida, no toman las previsiones de lugar, incluso pensando que no les va a tocar. Algunos de estos embarazos son interrumpidos mediante abortos voluntarios, dejando grandes secuelas físicas y/o emocionales.
  • Infecciones de trasmisión sexual; En la mayoría de ocasiones las relaciones sexuales prematuras se dan sin protección, debido a que los jóvenes no cuentan con la debida orientación.
  • Matrimonios forzados; en algunos casos, cuando la familia se entera se llega a inducir a matrimonios “arreglado” que casi siempre terminan en fracaso, pues se ven obligados a enfrentar una gran responsabilidad sin estar preparados y sin haber vivido los intereses propios de su etapa de adolescentes.

Por estas y otras razones se hace necesario trabajar con las familias en programas diseñados para orientar a padres sobre temas de sexualidad, afín de que estos ayuden a sus hijos con las inquietudes que puedan tener sobre el particular. La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @SVirginiaP @MLC- SChoolrd Instagram: @pardillavirginia.

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