Estatutos, partido y reelección

Isidro Toro Pampols/MSsc en Managment, consultor organizacional. Reside en Santo Domingo.

Periodismo y Sociedad. El Partido Revolucionario Moderno, PRM, reunió a sus dirigentes con el fin de tratar temas relativos al desarrollo de la acción de gobierno y su papel como baluarte en la gestión.

Una sociedad que se comunica en tiempo real con lo que sucede en el mundo y hace planteamientos que exige no dejarlos en el aire. Para ello el partido requiere tener una comunicación diáfana y fluida: a lo interno desde la base a la cúpula y viceversa; a lo externo, que las instancias partidistas estén conectadas con sus comunidades para llevar el mensaje del partido/gobierno y a su vez informar a las jerarquías del sentir de la sociedad.

Lo anterior es importante porque actúa como validación de lo que se recoge en las redes sociales, que en ocasiones son manipuladas por programadores de la inteligencia artificial (IA), que es la inteligencia llevada a cabo por máquinas, del Internet de las cosas (IdC), que es la conexión de internet más con objetos que con personas, controlando y ordenando el acceso a datos, siempre con un cerebro que busca conducir la opinión del público.

El presidente Abinader le dedicó buena parte de su discurso a lo que debe ser el partido del siglo XXI y aunque algunos puedan diferir de su diseño, el solo hecho de haber abordado con precisión el tema lo coloca como un dirigente que ve más allá de la curva.

Ahora bien, sobre la reunión lo que se habla es fundamentalmente del planteamiento de la reforma estatutaria para eliminar el impedimento partidario de la reelección. Bueno, habrá opiniones, pero creo que como es costumbre en la conducta organizacional dentro de los partidos, la discusión de temas densos, estratégicos, quedan reducida a pequeños grupos, que en ocasiones no son tomados en cuenta.

Quizás sea la excepción en el caso del PRM, ya que ha sido el presidente Abinader quien colocó sobre la mesa el punto y ha desechado el de la reelección por extemporánea.

La NO REELECCIÓN fue una bandera del PRD y de José Francisco Peña Gómez. En el año 2003 el equipo liderado por el presidente Hipólito Mejía le dio un giro, lo que ocasionó fricciones internas. No conozco el por qué en sus Estatutos el PRM consagró ese mandato, pero todo indica que en la dinámica actual no se justifica.

Modernizar al partido PRM parece ser la gran acción de un conjunto de hombres y mujeres que, habiendo ganado las elecciones en circunstancias excepcionales, puedan proyectarse como el partido del siglo XXI. Veremos.

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