Catarino Garza, el fracasado revolucionario mexicano que murió en Colombia y cuyos restos AMLO mandó repatriar

Composición con fotografía de Catarino Erasmo Garza y la bandera de México de 1880.

Es posible que sea nombrado presidente de México, capturado entre la maleza o que desaparezca por completo.

Esto pensaba el periodista Richard Harding Davis a comienzos de 1892 como parte de un artículo que se publicó el 26 de marzo de ese año en la revista Harper’s Weekly dando cuenta de lo que desde hacía algunos meses preocupaba a las autoridades de Estados Unidos y México.

En el sur de Texas, un forajido, un bandido mexicano, como lo llamaban por entonces, había convencido a miles que debían tomar las armas contra el régimen de facto de Porfirio Díaz, un militar que gobernaba el país desde 1876.

Catarino Erasmo Garza había nacido en la ciudad de Matamoros, en la frontera con Texas, en 1859, pocos años después de que EE.UU. arrebatara ese territorio a México.

En su adolescencia trabajó como vendedor de máquinas de coser Singer y en 1877 se mudó al otro lado del río Bravo -era una frontera de tránsito libre, no como ahora-.

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